martes, 21 de abril de 2015

SER Colibrí



Siguiendo mi instinto llegue a esa ciudad en la que nunca había estado.
No tenía con la lógica mucho sentido estar ahí, pero me dejé llevar por lo que sentía.
Sabía para qué había ido, pero no me lo había terminado de blanquear, mas bien había construido algunas excusas que lo justificaran como si la sola necesidad de ir no fuera mas que suficiente.

Encamine aquel día con bastante solemnidad, ya que mi misión era “muy importante”.
Tenía mi cara seria y caminaba por la calle en sintonía con la importancia que tenía aquello que iba a hacer.
Dedicarle tiempo a algo que me interesara o llamara mi atención de explorador significaba un acto egoísta que no correspondía con mi misión allí.

Así que ese día contuve, entre otras cosas, mis ganas de entrar en una galería ( las galerías me pueden, sobre todo si son viejas y grandes ), también pasé por una verdulería que tenía frutas que nunca había visto y contuve mis ganas de charlar con el verdulero y que me contara sobre ellas.
Pasé por un concesionario Nissan y vi el nuevo “Nissan Note”, y contuve mis ganas de conocer el tablero y su interior, y también contuve mis ganas de sacar fotos a un edificio racionalista muy particular que se observaba de la mano de enfrente.

Definitivamente este no era yo, pero claro, estaba comportándome correctamente y en concordancia con aquel importante día.

Así anduve un rato mas, y el sabor de que algo no andaba bien conmigo comenzaba a crecer.

Decidí prestarme atención, así que seguí andando, pero reflexionando sobre lo que sentía, y fue en ese momento en el que observé un colibrí.

Si bien es un animal que siempre me pareció atractivo y simpático, esta vez observarlo tenía otro sentido. 
Me quedé mirándolo un rato largo entre aquellas flores.
Era delicioso como se desplazaba, y con la precisión con la que metía su fino pico entre los pétalos.
Él, estaba siendo quien era, haciendo lo que quería.

Disfrutaba de su tarea y generaba consecuencias fundamentales a la vez.

Sentí que yo debía SER COLIBRI.

Decidí hacer todo lo que quisiera y sintiera, sabiendo que de esa manera mi misión estaría asegurada.

Doblé la apuesta, y entendí que la única manera de que mi misión sea exitosa era saboreando cada minuto de mi existencia, siendo quien yo soy.
Dediqué el tiempo que sentí a cada cosa que deseaba, y además elegí hacerlo con felicidad.

Yo soy feliz, alegre, curioso, creativo, explorador, observador, tesonero, sensible, sensual, libre, cariñoso, cálido, divertido, así que con esas cualidades brillando 100 %, es la única manera de generar las consecuencias para las que fui llamado.


El universo entero funciona de esta manera, solo que yo, a veces me olvido y creo que se requieren de mi cualidades que no son las mías para construir algo y cumplir mi misión.


Decidí que es mejor SER COLIBRÍ