En su
primer clase del master de diseño industrial de la universidad de Prat, NY, el
reconocido profesor Gihyun Cho de origen Coreano, planteo el
siguiente desafío a los diseñadores industriales de diferentes países que se
encontraban allí:
“ Tienen 10 minutos para
escribir una lista de todo lo que pueden diseñar con un clip de hoja”
Pasado el lapso de tiempo
el profesor dio por terminado el ejercicio y preguntó:
“Alguien tienen mas de 45
ítems?”
Había quien sí. Luego
pidió que levanten la mano los que tenían mas de 30, luego los que tenían mas
de 20, los que tenían mas de 10, y finalmente pidió que levanten la mano
aquellos con menos de 5 ítems en su lista.
Para sorpresa de todos,
el ciento por ciento de los que levantaron la mano con menos de 5 ítems eran de
origen asiático, ante lo cual el profesor concluyó:
“Era obvio que serían
asiáticos, porque venimos de la cultura del NO FRACASO, en nuestra cultura se
castiga el fracaso. En esta materia, dejaremos eso de lado, sino, no podremos
avanzar aportando lo mejor de nosotros”
Esta anécdota me la
relató un amigo que estaba en esa clase cuando le conté sobre mi nuevo proyecto
de arte y su evolución en el Laboratorio donde lo desarrollo.
Si bien, él lo decía
específicamente sobre ese proyecto, para mi esa anécdota fue reveladora: ESTOY
VIVIENDO MI PROPIA CULTURA DEL NO FRACASO.... en todo sentido de mi vida.
Estoy haciendo arte, pero
siempre tengo un sector de mi cabeza que tiene cuidado y cierta especulación,
que me dice que haga las cosas de modo de llegar a ser un artista reconocido
alguna vez, y esto le quita honestidad a mi manera de crear.
Me doy cuenta el miedo
que tengo de hacer cosas que no lleguen a anda, pero tomé una importante
decisión con esta anécdota, una de esas que puedo relacionar con el SOLTAR del
que escribí antes. Esta decisión me da una libertad sin límites y me quita
algunos dolores del cuerpo: NO ME IMPORTA A DONDE LLEGUE
Ser libre y vivir el
presente implica que voy a hacer las cosas que siento, lo que fluye natural, lo
que me hace feliz, por eso no puedo estar atento a las consecuencias de
prestigio que me puede brindar una creación que siento de verdad.
Como me dijo la valiosa
Laurie Pérez Campana: La vida no es un borrador, es ESTA.