sábado, 31 de mayo de 2014

Mi propia cultura del "No fracaso"







En su primer clase del master de diseño industrial de la universidad de Prat, NY, el reconocido profesor Gihyun Cho de origen Coreano, planteo el siguiente desafío a los diseñadores industriales de diferentes países que se encontraban allí:

“ Tienen 10 minutos para escribir una lista de todo lo que pueden diseñar con un clip de hoja”

Pasado el lapso de tiempo el profesor dio por terminado el ejercicio y preguntó:

“Alguien tienen mas de 45 ítems?”
Había quien sí. Luego pidió que levanten la mano los que tenían mas de 30, luego los que tenían mas de 20, los que tenían mas de 10, y finalmente pidió que levanten la mano aquellos con menos de 5 ítems en su lista.


Para sorpresa de todos, el ciento por ciento de los que levantaron la mano con menos de 5 ítems eran de origen asiático, ante lo cual el profesor concluyó:

“Era obvio que serían asiáticos, porque venimos de la cultura del NO FRACASO, en nuestra cultura se castiga el fracaso. En esta materia, dejaremos eso de lado, sino, no podremos avanzar aportando lo mejor de nosotros”

Esta anécdota me la relató un amigo que estaba en esa clase cuando le conté sobre mi nuevo proyecto de arte y su evolución en el Laboratorio donde lo desarrollo.

Si bien, él lo decía específicamente sobre ese proyecto, para mi esa anécdota fue reveladora: ESTOY VIVIENDO MI PROPIA CULTURA DEL NO FRACASO.... en todo sentido de mi vida.

Estoy haciendo arte, pero siempre tengo un sector de mi cabeza que tiene cuidado y cierta especulación, que me dice que haga las cosas de modo de llegar a ser un artista reconocido alguna vez, y esto le quita honestidad a mi manera de crear.

Me doy cuenta el miedo que tengo de hacer cosas que no lleguen a anda, pero tomé una importante decisión con esta anécdota, una de esas que puedo relacionar con el SOLTAR del que escribí antes. Esta decisión me da una libertad sin límites y me quita algunos dolores del cuerpo: NO ME IMPORTA A DONDE LLEGUE

Ser libre y vivir el presente implica que voy a hacer las cosas que siento, lo que fluye natural, lo que me hace feliz, por eso no puedo estar atento a las consecuencias de prestigio que me puede brindar una creación que siento de verdad.


Como me dijo la valiosa Laurie Pérez Campana: La vida no es un borrador, es ESTA.