sábado, 17 de mayo de 2014

Soltando

Hace tiempo que vengo profundizando sobre lo que significa “soltar”.
Es una de esas cosas de las que estoy seguro que son una GRAN VERDAD y por eso le doy mucha importancia. Vengo entendiendo que, como muchas otras cosas es un entrenamiento, entrenarme en “soltar”.

Puedo experimentar ese espiral que se genera entre ser honesto y soltar, ya que para soltar tengo que identificar a qué estoy aferrándome, es decir QUÉ ES LO QUE NO ESTOY PERMITIENDO QUE FLUYA.

Por lo tanto, bajo la guardia, identifico con honestidad, suelto (con bastante dolor al principio cuando creo que así pierdo) y esa experiencia me hace mas honesto.
Soltar tener razón, soltar el hecho de no ser éste que pretendo ser, soltar tal o cual profesión a la que no estoy llamado, soltar a tal o cual persona, soltar la creencia de que seré feliz cuando tenga esto o aquello, y un sin fin de etc.
Cuando me angustio pienso: “Porqué siento esto? Que es lo que no estoy dispuesto a soltar que me genera esta angustia?” Y generalmente hay algo ahí…


Hoy por primera vez experimenté el soltar en relación al arte.


Ya conté antes lo difícil que me resultó hacer mi primer muestra, lo expuesto que me hizo sentir, lo angustiante y desestabilizador que me resultó todo el proceso, pero esto que cuento hoy, no lo había experimentado en aquella oportunidad.

Nunca participé de un certamen o de algo en donde se juzgara una obra mía, nunca llevé una creació en resumen le dije:amor y la convicciñone la vida, y yo para resumirlo de algecedora de un premio, es mas, si no fuere elegida,n mía a ser evaluada.

La verdad, tenía (y tengo) el pensamiento de que en realidad al haber hecho la obra desde una verdadera honestidad, expresando algo para ser compartido, no cambia en nada el hecho de que determinadas personas la consideren o no merecedora de un premio, es más, si no fuera elegida, pienso esto, y si fuera elegida, también pienso lo mismo: nada cambia en la verdad última de mi obra.


Mas allá de este pensamiento, si no hay nada tan trascendente, entonces, “boludo andá y llevala…. Vivís en una sociedad sé parte de ella y ponele huevos”.


Listo, salí a imprimir mi obra (era miércoles y el viernes era el último día, con paro nacional el Jueves).
Nunca en la vida las cosas me resultaron mas fluidas: logré imprimir 3 imágenes en gran tamaño en el momento, fui a una casa de marcos que es muy buena y logré que la tengan lista para el viernes.
El viernes, es decir hoy (Viernes 11 de Abril, día en el que escribí esto), fui a Palais de Glace, a dejar mi obra para el “Salón Nacional de las Artes Visuales 2014” y mi fantasía era que llegaba y en una ventanilla entregaba mi obra y ya…

Muy distino:

Esto era como un campamento de artistas llenando su ficha y dejando su obra, nunca vi algo así, era estressante y la verdad angustiante estar entre la inmensa masa de obras, mas allá de que todo estaba bien organizado, daba esa sensación de ser un granito de arena….
Entregué mi ficha, me dieron un papel para que pegue al dorso de la obra y ni bien terminé de hacerlo se acercó un señor con guantes blancos y me preguntó si ya se la podía llevar… vi alejarse esa obra y me dio angustia, la había soltado.

Recordé la escena del la película “Life of Pi” o “Una Historia increíble” que fue la traducción en Argentina, en la que el chico lleva en el bote salvavidas a un Tigre luego del naufragio del barco en el que viajaban, al llegar a tierra firme el tigre se pierde en el horizonte, dispuesto a vivir su propia vida, y sin mirar atrás.

Mi obra se fue a vivir su vida….